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Caramelos de Altos Vuelos

Recientemente el medio de comunicación El Día de La Rioja, es su versión impresa y digital, lanzó un artículo donde habla de los orígenes de Dulces El Avión y su travesía a lo largo de los años.

Compartimos la noticia de manera explícita:

El Avión es la única superviviente de las afamadas marcas logroñesas de golosinas. Sus dulces han llegado hasta la cordillera del Himalaya y su emblema, un avión que sirvió durante la Guerra Civil, es todo un referente en el sector.

Imagen de la fábrica de Dulces El Avión en la década de los 70 del pasado siglo, en su etapa en el polígono de Cascajos. – Foto: Colección de Taquio Uzqueda


Logroño siempre destacó por la calidad de sus marcas de dulces, pastillas y caramelos. Y una de sus empresas señeras logró volar tan alto, como el avión que le sirve de emblema, que ha pervivido hasta nuestros días y lanza al mercado sus golosinas con la enseña del ya famoso aeroplano.

Para encontrar los orígenes de la firma logroñesa de dulces El Avión hay que remontarse a la década de los años 20 del siglo pasado. La primera sede se ubicó en la avenida de Navarra 31, en una lonja comercial. Sus fundadores fueron Dionisio Castroviejo y Laureano Gómez, con el apoyo de sus esposas Basilia y Venancia Pascual. La empresa, dedicada a la fabricación de pastillas de café y leche abrió al público en 1928.

Después de la Guerra Civil, la leche para elaborar los caramelos llegaba desde Navarra a caballo. Los primeros productos de El Avión fueron las pastillas de café y leche y los toffees. En 1948, se construyó la primera factoría en el cruce de Santos Ascarza y avenida de La Paz y constituyó el despegue de la marca. De aquella fábrica salió, además, una segunda modalidad que incluía el baño en chocolate, los primeros que se producían en Logroño. En 1950, Dionisio Castroviejo fallece y la industria pasa a la siguiente generación.

Fue la primera factoría automática con la que contó la firma, que en 1972 se mudó al polígono de Cascajos e incorporó a su catálogo caramelos duros y balsámicos. Durante estos años, la fábrica de caramelos consiguió renombre nacional. En 1979, los caramelos de El Avión alimentaron a una expedición navarra al Himalaya, que escribió a la marca riojana para agradecerles sus productos. En el año 2000, la fábrica sale de Cascajos hacia el polígono de la Portalada, donde sigue en la actualidad como la única fábrica de caramelos que se conserva en Logroño.

Dulce destino tras la guerra. Un elemento singular es el avión que da nombre a la factoría. El aparato fue adquirido por la empresa tras haber servido en la Guerra en el ejército de la República. Tras su compra y adecuación, el avión se colocó por primera vez en los años 70 en la fábrica de Cascajos y después fue trasladado a la Portalada y restaurado en 2019.

De hecho, el nombre primigenio de la empresa Castroviejo y Gómez se cambió por El Avión, debido a que el 1928 se inauguró la base militar de Recajo y con ella, los aviones llegaron a Logroño. Además, los fundadores eran muy aficionados a la aviación, por lo que el avión fue símbolo de la marca desde los inicios.

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